LA TRAVESÍA DE CÓMO TOMARSE LAS COSAS

"Estereotipo en primer plano"
(Concepción Sanz)

Me embarqué con ilusión y vocación en el emprendimiento o autoempleo. Y observé que el trabajo y trabajar están penalizados.

Aun así continué, hasta que la mar se puso tan excesivamente brava, que fue mejor retirarme a tiempo, para salvar el barco y llegar a tiempo a puerto.
Estoy cruzando la travesía del desempleo de larga duración.
Ha llegado septiembre una vez más, y al igual que en televisión vuelven los anuncios de las mil colecciones por fascículos, vuelvo a leer una y otra vez en Internet lo que hay que hacer y no hacer para buscar y encontrar empleo; lo que hay que hacer y no hacer para desarrollar un buen currículum; lo que hay que hacer para que tu CV destaque entre el resto, y no acabe empapelando la papelera y el suelo del despacho del ahora denominado “reclutador”…
Y leo una y otra vez sobre las edades fuera de margen y marginadas, bien por joven o por mayor. Bien por exceso de la edad social requerida, bien por falta de experiencia para el puesto requerido.

Siempre lo mismo, sólo que expresado de una forma agradable o más o menos amena -o no-. A veces escrito por personas nuevas en la red y por tanto desconocidas, o escrito por las mismas personas que publican lo mismo una y otra vez cada año, o cada cierto tiempo…
Valoro mucho los esfuerzos de todas las personas que se afanan en compartir sus posts. Los valoro tanto que los leo con interés por si encuentro lo más útil entre lo útil. Investigando entre líneas.

He ido superando mis múltiples bajones de ánimo y autoestima, y me he preguntado muchísimas veces qué va a pasar conmigo, hasta que en varias ocasiones la vida se empeñó en demostrarme que esta pregunta estaba fuera de lugar, ya que al día siguiente pasaba una cosa tan chocante y tan extrema, que la conclusión es que cada día es diferente por imprevisible, incluso dentro de lo habitual.

Ha entrado la energía otoñal en el ambiente, y no sé si por eso iba a ser hoy un día un tanto “chof”. Uno de esos días marrones sobre los que canta Luz Casal.

Y entonces, observé a través de la ventana cómo amanecía lentamente, hasta que el sol se ha subido al trono llenándolo todo.

“Aplícate una vez más lo que ya sabes, lo que has aprendido, practicado y enseñado” –Me he dicho-. Y he decidido compartirlo:
-  Respirar. Fundamental.
-  Por cada pensamiento negativo que se cuele en nuestra mente, instalar inmediatamente y sin tregua, uno positivo. (Claro está que, primero es necesario aprender qué pensamientos nos son nocivos… aprender a detectarlos…).
-  Sacar a pasear al Ave Fénix que llevamos dentro, para que respire y sobrevuele a diario sin pensar únicamente en las cenizas y en las ocasiones en que ya no hay más fondo que tocar.
-  Saber que todos los días se es creativo: Durante el día, desde que ponemos el pie en el suelo haciendo nuestras diferentes quehaceres o buscando, -aunque no sepamos muy bien el qué-, y cuando dormimos, aunque no recordemos con qué soñamos el día después. 
-  “Me encanta la edad que tengo y lo que me ha dado”.
-  Reconocer al héroe interno. Se es héroe por cada madrugón mañanero, por cada jornada de tarde o nocturna. Por cada cosa que se hace y por la que se deja de hacer. Por la superación de cada mala situación.
-  Valorar, valorar y valorar cada cosa buena que tengo y que me ocurre. Y agradecerlo.

A todo lo anterior, es necesario añadir:
-  Detectar las mentiras sociales. Esas que tenemos grabadas a fuego en nuestra memoria más interna. Aprender a desentrañarlas. Podemos continuar jugando su juego o no. Lo que es seguro es que estará todo algo más claro en nuestro tablero de juego.
-  Deshacerse de los sabios refranes que lo único que hacen es paralizarnos… ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor”?... Pues depende del presente.
-  Desterrar la palabra “fracaso” del diccionario personal. Puedo equivocarme o no. Reconozco lo hecho. Veo lo que puedo cambiar, mejorar o eliminar. Aprendo y continúo.

- Hablarnos bien a nosotros mismosQue cada calificativo que nos dediquemos, sea objetivo y lo más bueno posible. Evitemos que la mente se crea lo que no es. 

Podemos quejarnos y cabrearnos. Es necesario y muy sano.
Sin embargo, cada cual decide cómo tomarse las cosas y sólo nosotros podemos salir de un bucle que sólo nos hace daño a nosotros mismos… Somos nuestros mejores amigos. No existe mejor amigo por ahí fuera.
Todo lo que hacemos y aprendemos es para uno mismo, para descubrirnos y mejorarnos. A partir de aquí, podremos ayudarnos a nosotros mismos. A veces, podremos ayudar a otros. A veces, no.

Es necesario respirar conscientemente cada día.
Entrenar nuestra mente todos los días, para que cuando la cosa se ponga complicada, sea más fácil pasearse con ella (con la cosa complicada), acompañándole hasta la puerta de salida y podamos decirle con alegría y simpatía “adiós bonita”.
Hoy ha salido el sol. Aunque hubiese llovido, también habría sido un buen día.

Agradezco sus comentarios sobre el tema tratado de antemano, y pueden difundir este post, si lo consideran de interés.

Gracias a todos. 
Concepción Sanz.


Artículos relacionados:
- "Desprofesionalización"
- Mi agradecimiento a la "Desprofesionalización"
- Ex - Autonóm@ = Más Marginad@


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes exponer tu comentario, aquí.