Escribo este post, cuatro años después de
escribir y difundir mi artículo “Diagnóstico: Melanoma maligno”, en el
que informaba de diferentes conceptos sobre una enfermedad grave y/o terminal y sobre el cáncer de piel, y compartía
también mi experiencia a lo largo de parte del proceso. Más o menos escribí un “recumplo” 16 años.
Hablaba de lo privilegiada que fui por diferentes motivos, de lo importante que es escuchar
a nuestro sabio cuerpo y de evitar
el miedo paralizante ante los síntomas
anómalos con los que éste nos avisa, para que acudamos al médico…
Continúa
impactándome como en aquel tiempo, el que una mancha-peca-lunar que había viajado
conmigo 34 años, mutase en
determinado momento, para hacerme daño…
… Y que mi
valentía se encontrase en reconocer la
igualdad entre lo que posteriormente denominaron "lunar traumatizado" y las manchas que estaba observando en las fotos
que ofrecían en aquel reportaje de televisión, gracias al cual tomé la decisión de acudir al médico…
Me empeño en
recordar esta experiencia, para evitar repetir cosas, para recordarme
que la vida en cualquier momento se
termina, que hay cosas más
importantes y prioritarias que las tonterías más importantes (Pero qué difícil es recordar cuando a uno
le van peor o mal las cosas ¿verdad?... Y lo contrario: Qué difícil es recordar
cuando a uno le van bien las cosas ¿verdad?)
Aunque no me empeñase en recordar, todos los
días me encuentro con mi enorme injerto-cicatriz,
que me recuerda todo, que lo cuide y que me cuide.
Así que ya no celebro mi cumpleaños
oficial. Celebro despertarme cada
día. Celebro cada uno de los 364 “NO
cumpleaños”, o 365 como en este
año que se acerca a su fin, por ser
bisiesto.
Celebro cada
segundito, cada pequeño momentito, haciéndome consciente de lo que está
pasando en ellos, de lo que pienso y siento en ellos, como en una profunda y
continua meditación. Aunque no haga nada increíble, estoy, siento,
pienso y vivo. Y cómo no: si necesito quejarme, ¡me quejo!
Menciono aquí dos debates abiertos en LinkedIn. En uno de ellos (siento no poder recuperarlo), la persona que lo abrió preguntaba si alguna vez la vida nos había parado. Participé respondiendo que sí. Que cuando es necesario “si tú no te paras, la vida te para”. También transmití la coincidencia de la frase “la vida te para”, porque me llamó muchísimo la atención.
El otro, abierto por José Carlos Mena Sánchez con su artículo “Vencer al cáncer. Seguir caminando”, del que puedo transmitir aquí el extracto del comentario con el que participé en dicho debate y su artículo original (Ver artículos relacionados).
El miedo
paralizante es la peor excusa para descuidarnos, y
origen también de montones de excusas
con diferentes matices: “No tengo
tiempo para ir al médico, a mí qué me va a pasar algo así, tengo que cuidar de,
puede que no sea nada, no me van a dar permiso en el trabajo, me van a
despedir… es que… es que… es que…”
Nuestro
organismo es una máquina física-química tan perfecta que, en cuanto algo se vuelve discordante o contradictorio -ya sean emociones, pensamientos, sensaciones, contradicciones,
músculos, glándulas, sangre, neurotransmisores, etc.-, puede pasarnos cualquier cosa. Todo ello sin contar con otros factores externos.
Y nuestro
cuerpo físico es el testigo fundamental de lo que sucede. Es nuestra mejor alarma,
para autoayudarnos a mejorar, a buscar ayuda médica…
En “Diagnóstico: Melanoma maligno” escribí:
“El cuerpo es sabio. Merece la pena escucharlo, y más aún escucharnos antes a nosotros mismos y poner remedio a todas las emociones diarias que nos descomponen. Esto, al menos es preventivo y ayuda a evitar deteriorar nuestro organismo.”
Sin embargo, es mucho más preventivo, importante
y fundamental –y difícil y complicado en esta sociedad
nuestra-, dejar a un lado el estrés, el rompedor absoluto de la salud, tanto antes, durante como
después de una enfermedad o sin enfermedad alguna.
Una cosa es necesitar acción. Allá cada
cual.
Otra, utilizar continuamente el primitivo mecanismo de vida o muerte ante el peligro con el que funcionamos ante situaciones y acontecimientos que no nos van a matar en el sentido estricto de la palabra, por muy mal que los estemos viviendo.
Otra, utilizar continuamente el primitivo mecanismo de vida o muerte ante el peligro con el que funcionamos ante situaciones y acontecimientos que no nos van a matar en el sentido estricto de la palabra, por muy mal que los estemos viviendo.
Recordemos además, que el cerebro es el
músculo más moldeable e influenciable de todo nuestro organismo, lo cual es una inmensa ventaja a nuestro
favor, pues cualquier idea o creencia se
puede cambiar.
Por tanto, y
como nuestra actitud ante las cosas
es fundamental, podemos convertir
nuestra mente en una herramienta constructiva ante cualquier acontecimiento o
situación (“La travesía de cómo tomarse las cosas”).
¿Difícil? No.
Se necesita voluntad, práctica, entrenamiento.
¿Imposible? En absoluto. Se necesita voluntad, práctica, entrenamiento.
¿Se suman al reto?
Todo el ánimo y fuerza, para todos los que
sufren o han sufrido cualquier tipo de cáncer, ya sean enfermos o familiares, y un recuerdo para todos los que están en nuestro corazón.
Envíenme sus
comentarios. Gracias por leerme.
Concepción Sanz Rodríguez.
Notas y artículos relacionados
- “Diagnóstico: Melanoma maligno”.
- "El ser humano y el estrés" (El dinosaurio y el león).
- "Ya no hay excusa, para dejarse ver los lunares”.
- "El ser humano y el estrés" (El dinosaurio y el león).
- "Ya no hay excusa, para dejarse ver los lunares”.
- “La travesía de cómo tomarse las cosas”.
- Extracto del debate “Vencer al cáncer. Seguir caminando” abierto por José Carlos Mena Sánchez en el Grupo de LinkedIn “Capacity.es”.
- “Yo tambiénsuperé el cáncer”. José Carlos Mena Sánchez (Artículo original del debate mencionado más arriba, publicado actualmente en su blog).
Sobre "Archipiélago mental"
La obra que ilustra este post está realizada en gouche a partir de una mancha casual.
La obra que ilustra este post está realizada en gouche a partir de una mancha casual.
Fue seleccionada en el Concurso de Dibujo “Premios Arganzuela
1986”.
(Junta Municipal de Arganzuela. Ayuntamiento de Madrid), y formó parte de la exposición "Hecho en casa 2018" exhibida en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS).
(Junta Municipal de Arganzuela. Ayuntamiento de Madrid), y formó parte de la exposición "Hecho en casa 2018" exhibida en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS).