LICENCIA ARTÍSTICA: ASÍ QUE, REIVINDICO...



Infografía-Collage de la cabecera realizado por Concepción Sanz

Cuando iba al colegio vi y viví varios tipos de castigos.
El único que verdaderamente me sirvió para aprender algo, -a pesar de que me impedía salir al recreo-, era tener que quedarme copiando “debidamente” toda una línea de cada palabra del dictado en la que hubiese tenido faltas de ortografía, errores gramaticales o problemas con los signos de puntuación.
Conseguí eliminar gran parte de todos ellos, gracias a la repetición de aquellas líneas del recreo y del empeño de los profesores en que leyéramos, hiciésemos redacciones, resúmenes, dictados y concursos de lectura rápida.
La letra pues, no entró con sangre, sino con dedicación que aumentó mi gusto por la lectura y la literatura, a la vez que me ha permitido defenderme sin problemas entre papeles burocráticos, pruebas escritas de diferente temática y para escribir cartas de cualquier tipo, así como expresar todo lo que se me ocurra.
Quizá descubrí muy pronto que el verdadero Arte, es la Literatura. También la Música, la Danza y el Teatro, pues o se sabe y se hace bien o no hay nada que hacer. Sin embargo, la palabra hablada y escrita y saber utilizarla  consigue maravillas (¿Qué hacemos con el Marketing?)
Sin embargo, con el paso de los años y de los tiempos, resulta que casi me he vuelto analfabeta.
Me compré incluso un librito de ortografía, para aprender los nuevos cambios que se le ha ocurrido incorporar a la RAE, bien para adaptarse a la calle, bien por fonética, bien para evitar problemas ante las continuas faltas de ortografía que se han venido dando en los textos de los alumnos  en el recorrido desde el colegio hasta la universidad, el infinito y más allá…
O yo qué sé para qué.
Porque estos problemas no son de ahora ni desde hace unos pocos años hacia acá. En mis tiempos de EGB y COU, conocí a una persona que obtuvo “Cum Laude” en Magisterio teniendo muchas faltas de ortografía. Algunas de ellas, garrafales.
Pues a lo que iba:
Con los primeros cambios ortográficos, parecía que la falta de los acentos en palabras escritas en mayúscula me pateara la vista.
Desapariciones de mayúsculas tras guiones, paréntesis y etcés…  Signos de puntuación que aparecen en otros lugares o que incluso no aparecen…

Una compañera de trabajo me comentó que le consolaba saber que estaba “desaprendiendo” debido a que algunos libros cada vez se escriben peor y que de tanto leer algo mal uno acaba escribiendo tan mal como lo que ha leído varias veces (¿Bastaría entonces, con escribir los libros bien?).






Hace unos meses, una amiga me pasó unos apuntes “a limpio” (Ahora “a Word”,  “a ordenador”, o… ¿Cómo se dice o se diría???).
Ha hecho un curso de corrector de textos (No me pasó los apuntes por esto, sino simplemente, porque lo acordamos, ya que yo andaba mal de tiempo…).
¡¡¡Me dijo que “escribo raro”!!!
¡¡¡Resulta que al cabo de los años, tengo faltas de ortografía y de cualquier cosa que tenga que ver con la gramática y la cultura!!!
Pues bien. Lo siento mucho (Bueno, más bien no lo siento en absoluto):
-  Si los diseñadores gráficos pueden permitirse dividir sílabas donde no corresponde, aunque se dé lugar a que los pequeños que ven los anuncios aprendan ya algo diferente a lo que les enseñen en el cole con toda la confusión que pueda provocar,
-  Si los artistas, sabiendo lo que hacemos, cuando lo hacemos y porqué lo hacemos podemos permitirnos determinadas licencias artísticas, para romper en determinado momento con la pura técnica,
-  Si Juan Ramón Jiménez se permitía escribir con “J”, hasta aquello que tuviese que escribirse con “G” …


A estas alturas de mi curso, me permitiré continuar escribiendo como aprendí con aquel "culto castigo". Aquel que me impedía salir al recreo, para correr por el patio y comerme el pan con chocolate o lo que me hubiese preparado mi madre aquel día y disfrutar al margen de las "asignaturas", del sujeto con predicado y de la batalla de turno entre si los "complementos" u "objetos " de ese año eran directos e indirectos. Entre "Bachiller", "Formación Profesional", "EGB", "COU", y no se cuántas otras siglas más (¿Quién da más en esta lonja verborreica?).
Así que REIVINDICO, -Cómo no-, la “EÑE”, los acentos, las comas para no ahogarme y el punto y coma, aunque confieso que siempre me resultó algo antipático…



Y por encima de todo, REIVINDICO  las Mayúsculas que rompen la única y aburrida línea visual de las Minúsculas. Me permito jugar con ellas  como Licencia Artística, “como Marca de la Casa” y como norma de la “RGP”.
No sé si utilizar aquí un punto y aparte o un punto y final... ¿?

TerazulArte® - Concepción Sanz.
Infografía realizada por Concepción Sanz.

EL ARTE DEL CÓMIC: "LOS CABALLEROS DEL CIELO" Y EL AVIÓN "MIRAGE"

Infografía-Collage de la cabecera realizado por Concepción Sanz

Creo que fue hace una o dos semanas cuando en las noticias nos comunicaron que el avión de caza o de combate Mirage F-1, dejaba de prestar servicio tras unos casi cuarenta años.

La noticia en sí no habría llamado mucho mi atención, si no fuera porque el avión “Mirage” me recordó una época en la que leía cómics y tebeos a menudo:
… Los traviesos “Zipi y Zape” y su graciosa familia. “Carpanta” soñando con enormes bocadillos. La extremada delgadez y el característico flequillo de “El botones Sacarino”. La ceguera del señor “Rompetechos”, quien siempre terminaba con las gafas rotas debido a los golpes que se daba y que tenía conversaciones con vete a saber qué cosa, pues todo lo confundía (Una señal de tráfico con un policía, por ejemplo). Los disfraces de "Mortadelo" siempre con su jefe "Filemón". "Otilio Chapuzas", "Anacleto"...
... Cómo no… la famosa y variopinta casa de “La Rue del Percebe”…
… “Daniel el Travieso” y su peto vaquero y su pelo rubio con su ladeado flequillo y su remolino en la coronilla (¡Y su pobre vecino!), y dos pequeños hermanos bomba: “Sal y Pimienta”…
... La revista “LiLy” y sus diferentes historias, las aventuras del fornido “Conan el Bárbaro”, la estupendísima “Vampirella”…
... Y tantos y tantos otros...


Sin embargo, un cómic concreto une mi memoria al avión “Mirage”. No recuerdo a qué modelo, sólo el nombre del avión y el nombre de sus protagonistas: Un divertido y torpe Ernest Laverdure y su apuestísimo y serio compañero y amigo Michel Tanguy.
Según me he informado ahora, (Ya que en aquella época esto me interesaba menos), tal serie de cómic apareció en  1959 en la revista de historietas francesa “Pilote” (Editorial Dargaud), fundada por René Goscinny en octubre de ese mismo año y en la que se publicaron otros tantos clásicos: Astérix, Lucky Luke , entre ellos.
Sus creadores fueron Jean-Michel Charlier -Guionista- y Albert Uderzo -Dibujante-(Aunque parece ser que desde 1961, los dibujantes fueron cambiando).
Se publicó en 27 álbumes, los cuales se han traducido a diferentes idiomas con diversos dibujantes desde 1961. Hay traducciones de los álbumes de esta serie al  neerlandés, alemán, danés, sueco, indonesio, inglés, español, portugués y serbocroata.
A través de los dibujos y “los bocadillos” (Yo recuerdo trazos muy definidos y enérgicos. No sé si me equivoco), podemos ver  que los protagonistas se forman en una Escuela Militar del Aire (Salon de Provence-Escuela de las Águilas), que en el Norte de Marruecos se especializan en la Escuela de Caza del Ejército –En combate en el aire-, y que su misión es buscar información confidencial, por lo que se enfrentan a situaciones y misiones difíciles. Posteriormente -Ya en Francia-, pilotan un cazabombardero y después, se integran en el escuadrón de los “Cigognes” donde pasan a pilotar un Mirage III.

Laverdure y Tanguy. Tanguy y Laverdure: Aunque quizá sus aventuras fuesen tan fantasiosas, arriesgadas y bélicas como las de Asteríx, Superman, Spiderman o Flash Gordon (Las de cada uno a su manera),  “Los Caballeros del Cielo”, -así se les llamó-, acercaron a los lectores de cómic de aquellos años, una profesión y una forma de vida alejada de pócimas, hachas, espadas, caballos, colmillos y superhéroes.

Aunque no viniese a cuento, en relación con todo lo dicho, no puedo evitar mencionar dos tiras: La de “Mafalda” –Mi sencilla y pensante niña inteligente e independiente-, y la de un encantador y prestigioso antihéroe de largos bigotes y dormida sonrisa: “El Gato Garfield”.

Concepción Sanz - TerazulArte®.

Fecha de publicación: 13/07/2013.