EL MUSEO DEL MARCO: LA COLECCIÓN CANO.


Infografía-Collage de la cabecera realizado por Concepción Sanz
Retomo el título de un artículo del periodista y escritor Rafael Fraguas, (“De paseo por las esquinas del Arte”)porque informa muy bien sobre lo que cuento y amplío en este artículo:

Efectivamente, entre el Museo del Prado y el Parque del Retiro, se encuentra a pie de calle lo que en principio simplemente parece una tienda de marcos.

¿Qué importancia le damos a un marco actualmente?
En general, decorativa. Se mira el precio, se busca un color que combine con todo lo que rodeará al objeto enmarcado...

Si necesitamos “esmerarnos” algo más, buscamos una moldura que realce  aquello que va a proteger entre “sus esquinas”. Hace unos años, yo pensaba que el marco era parte importante e integrante de la obra misma y buscaba el mejor “remate” para cada una de ellas.

Planteo aquí el hecho de que si normalmente no nos planteamos  el conocimiento y trabajo que encierra cualquier profesión, mucho menos lo hacemos cuando nos referimos a los llamados “oficios artesanos”.

Pues bien, ya en la puerta de la  “tienda” mencionada al principio, observamos una fecha, -1907-  y un nombre: “Cano”.

Una vez dentro, puede parecer una simple exposición. Sin embargo, a través del tesoro que guarda, nos adentramos en siglos de historia.

Un rótulo enmarcado nos da paso a la “Colección Cano” y una estancia de dimensiones muy reducidas nos cuenta lo importantes que han sido y son los marcos, esas “esquinas del arte”, para la obra en que se integran y viceversa.
La familia Cano y su colección nos  han dejado un hermoso legado que se manifiesta y continúa  vigente en “las esquinas del arte” de los diferentes museos, centros de arte y colecciones privadas de España y de todo el mundo.

Como bien cuenta Rafael Fraguas en su artículo, Joaquín Sorolla pensó en “resaltar” sus obras, creando él mismo sus marcos, contando con las técnicas empleadas por los  diferentes artesanos que trabajaban la madera y la marquetería.

Planteó su proyecto a José Cano, -Un constructor de carros  procedente a su vez  de una familia de carreteros-, quien puso su saber y la destreza de su profesión al servicio del proyecto del pintor. La colaboración entre ambos artistas se extiende hasta la muerte de Cano, en 1922.

Ambos llegan a Madrid en 1907.  José Cano  se establece en dicha ciudad: Abre un taller de enmarcación en la calle Gobernador y más tarde se traslada a la Carrera de San Jerónimo y después al Paseo del Prado, donde el “Salón Cano”alcanza su mayor esplendor, pues además del taller abre una tienda de marcos y una galería de arte, para que los artistas pudieran exponer sus obras.

Como muestra del interés de la familia Cano por la continuidad de este trabajo-negocio-aventura, es de destacar el hecho de que los hijos de Cano estudiaron en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y realizaron diferentes viajes, -Sobre todo, Joaquín-, con el fin de ampliar su formación, especializarse para poder cubrir así la demanda de marcos de los diferentes estilos que han existido a los largo de la historia y desarrollar con todo ello la colección.

Así pues, tres generaciones de la familia Cano se han dedicado a este arte, convirtiéndose en coleccionistas, proveedores y restauradores de marcos de todos los estilos y épocas de cualquier obra, museo, centro de arte o colección privada de renombre (Museo del Prado, Thyssen Bornemisza, Vaticano, Metropolitan de Nueva York, entre muchos otros).

En 1990, Jesús López, -Empresario de enmarcación-, compra todos los  componentes del taller Cano, con el fin de que no se pierda el trabajo y legado de esta familia.

Por otra parte, ¿Qué es un museo?
Como señalan en la página web del ICOM (Comunidad de los Museos del mundo), dicha definición “ha evolucionado a lo largo del tiempo en función de los cambios de la sociedad”.
Y en este momento, la definición que es una referencia dentro de la comunidad internacional al respecto, es la siguiente:
“Un museo es una institución permanente, sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y abierta al público, que adquiere, conserva, estudia, expone y difunde el patrimonio material e inmaterial de la humanidad con fines de estudio, educación y recreo.


Entonces, según lo anterior, estamos hablando de visitar el “Museo del Marco”.
En él podemos ver la “esquina del arte” del cuadro de  “Las Meninas”, estilos circulares, los que incluyen terciopelo y piedras preciosas, pues en épocas anteriores, cualquier materia podía formar parte de un marco. La “planta de taller“, que es el dibujo del proyecto de un marco y de lo que se desprende que un marco no es sólo lo que se ve, el acabado final...

… En la sección de un marco que se denomina “holandesas” del siglo XVII, podemos observar que un marco puede componerse de muchas y diferentes piezas hasta llegar a configurar su forma y su acabado, que en este caso es además "en negrito" (Esto es “ebonizado”, porque imita al color de la madera de ébano. ¿Sabían que el término “ebanista” proviene de que los artistas de este gremio utilizaban en su origen madera de ébano en sus trabajos?)…

… Y es que, en la realización de cada marco, se unían el trabajo de  diferentes oficios, de diferentes gremios: Talladores, ebanistas, carpinteros, ensambladores, estofadores, doradores... de tal modo,  que el valor-coste económico de un cuadro era mucho mayor que el de la propia obra a la que acompañaba.

Esto nos lleva al hecho de que en España todas las artes tenían la misma categoría. No había diferencia entre obras realizadas a mano y la parte más intelectual de ellas.
Sin embargo y por ejemplo, cuando El Greco llega de Italia a nuestro país, fuera de nuestras fronteras se desarrollaba el mecenazgo y el artista comienza a tener relevancia sobre la profesión, de modo que, cuando  por la fama de un artista no se debe solamente a la propia pintura, sino a su forma de concebirla, de trabajarla y a sus características especiales.

¿Cómo iba El Greco a dejar que le considerasen un artesano más? Imposible. El pintor no acepta quedar a la misma altura que los artistas de los gremios – (Artesanos, por cuestión de concepto e interés)-, y abre en Toledo una tienda de marcos.
Sobre la familia Cano y su obra, puedo añadir que toda documentación que existe data de 1945 en adelante y que viven descendientes de Cano en Venezuela llevando a cabo el mismo oficio, y en Madrid la biznieta de Cano -Principal titular de su descendencia-, y otro pariente. Su profesión: Dorador.

Y de lo expuesto más arriba, no es que todo me lo sepa yo. La mayor parte me lo contó una de las dos  personas que regentan actualmente el museo, -Isabel Cantos-Figuerola y Paz Jusdado-. Ambas se ocupan de guardar y difundir el legado de la familia Cano y les agradezco desde aquí una vez más, su trabajo y  amabilidad por toda la información que me dieron y porque abren una “ventana” a un mundo diferente y en realidad, muy amplio y desconocido, ya que lo normal es no saber nada más allá de la moldura y el inglete y pasar de largo ante los marcos que encuadran nuestras visitas a las “inmensas” obras de arte.

Recomiendo ver los escaparates, desde la calle, pues también hablan de historia.
En la tienda se puede encontrar el libro “El marco en España (Del mundo romano al inicio del modernismo)”, escrito por María Pía Timón Tiemblo (113,80€) y el catálogo de marcos “Cano” que entre los más o menos mil marcos que tienen contabilizados, supone una referencia entre de los diferentes estilos y descripciones de marcos que han realizado para obras del Museo del Prado (48,43€).

Hay mucha más información en la página web: www.marcosdemuseo.com


Si quieren visitarlo, no se olviden:
En la Calle de Moreto, 13, Esquina Alberto Bosch. 
(Entre el Museo del Prado y Los Jardines del Retiro).


La entrada es libre y gratuita.

El horario:
En invierno, de lunes a viernes de 11:00 a 19.30 horas
Los sábados 12 a 19:30 y los domingos de 12 a 18:30
En verano, de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas.

Teléfono 91 420 45 88
Email: marcosdemuseo@coleccioncano.com

Concepción Sanz.


Fecha de publicación: 24/08/2013.